MI DEVOCIONAL DIARIO - 2 CORINTIOS 5:1-10

Escrito el 27/08/2025
Centro de Vida


2 Corintios 5 Nueva Biblia Viva Nuestra morada celestial 5 Sabemos que cuando esta tienda de campaña en que vivimos se desmantele, recibiremos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas. 2 Mientras eso sucede, suspiramos pues anhelamos el día en que nos hemos de revestir de aquel cuerpo celestial, 3 pues, en efecto, seremos revestidos y no nos quedaremos desnudos. 4 El cuerpo terrenal que ahora tenemos nos hace gemir y suspirar, ya que no queremos desvestirnos de este cuerpo. Preferimos revestirnos del nuevo cuerpo, de manera que nuestro cuerpo mortal sea absorbido por la vida. 5 Dios nos ha preparado para esto y nos ha dado su Santo Espíritu como garantía de sus promesas. 6 Por eso vivimos confiados y sabemos que cada momento que pasamos en este cuerpo terrenal lo pasamos lejos del Señor. 7 Esto lo sabemos por la fe, no por la vista. 8 Así que tenemos confianza. ¡Preferimos morir e irnos a morar junto con el Señor! 9 Por lo tanto, procuramos siempre agradarle, ya sea que estemos en este cuerpo o que ya no estemos en él. 10 Un día tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, y seremos juzgados. Cada uno recibirá lo que merezca por las buenas o las malas cosas que haya hecho mientras estaba en el cuerpo.

LECTURA: 2 CORINTIOS 5:1-10

OBSERVACIÓN Y CONTEXTO:

Pablo sigue hablando de los mismos temas de los que ya habló durante el capítulo anterior. Todos sus sufrimientos en esta vida no se podían comparar con la gloria eterna que experimentaría una vez estuviera con Dios en el paraíso. Pablo quería recibir un cuerpo eterno, y eso era lo que le daba el coraje para continuar con su misión de predicar el evangelio por todo el mundo: todas las personas pueden formar parte de la familia de Dios si creen en Jesús porque Jesús murió por todos sus pecados. Los cristianos son una nueva creación. Pablo concluye este capítulo pidiéndole a los corintios que se reconciliaran con Dios, lo cual continúa haciendo durante el siguiente capítulo.

 

MEDITACIÓN – APRENDO PARA MI VIDA
La fe, según la Biblia, es mucho más que una simple creencia. Es esa confianza profunda e inquebrantable en las promesas de Dios: la seguridad de que Él es quien dice ser y que cumplirá lo que ha prometido, incluso cuando no podamos ver el resultado. La palabra griega para fe, pistis , se refiere a esta confianza activa y leal que abarca todo nuestro ser: mente, corazón y acciones. Por lo tanto, vivir por fe es vivir con esa confianza como eje central de nuestra vida, dejando que guíe cada decisión, cada paso y cada esperanza, especialmente cuando las cosas parecen inciertas.

Cuando caminamos por fe, como dice Pablo en 2 Cor 5:7

Esto lo sabemos por la fe, no por la vista. 

 no nos basamos en lo visible ni lo predecible. En cambio, elegimos vivir según lo que conocemos del carácter de Dios. Caminar por fe significa avanzar con base en nuestra confianza en Dios, incluso cuando la vida no nos ofrece respuestas inmediatas ni caminos fáciles. Es una invitación a alinear nuestras vidas con las promesas de Dios y a confiar en su sabiduría, anteponiendo su guía a cualquier temor o duda que podamos tener.

Este tipo de caminar de fe no es pasivo; es activo, intencional y, a veces, audaz. Se necesita valentía para confiar en el tiempo de Dios cuando queremos respuestas inmediatas. Se necesita fuerza para apoyarnos en Él cuando la vida se siente inestable. Y se necesita entrega para dejar que Dios nos guíe, creyendo que Él realmente sabe qué es lo mejor. Caminar por fe significa vivir cada día con la seguridad de que Dios está con nosotros, que guía cada paso que damos y que, en última instancia, obra todo para nuestro bien. Es un camino de confianza que transforma nuestras vidas de adentro hacia afuera.

- ¿Cómo puedo vivir mi vida de manera que refleje mi fe en Dios, incluso en momentos de incertidumbre?

- ¿De qué manera puedo confiar en la promesa de Dios y en su fidelidad, incluso cuando las cosas no parecen ir bien?

ORACIÓN

Padre celestial, ayúdame a vivir mi vida de manera que refleje mi fe en ti. Dame la fortaleza para confiar en ti, incluso cuando las cosas no parecen ir bien. Amén.